lunes, 30 de enero de 2012

La casa de UP


Si has visto la película ya sabes a que casa me refiero. Esa casa en la que tan felices fueron Carl y Ellie, donde pintaban sus manos en el buzón, limpiaban las ventanas a la vez, soñaban con viajar al útlimo rincón del mundo y que, cuando Carl se quedó solo, llenó de globos y se mudó de ciudad pero no de casa.

Yo quiero una casa de esas, que ya estoy cansado de tanta mudanza. La semana pasada dejé de trabajar, por lo que se avecina una nueva mudanza (la séptima creo), y antes de que La 2 me llame para hacer un nuevo capítulo de "Nómadas de la península", preferiría tener una casita que se convierta en un hogar donde decores todo a gusto de IKEA a tu gusto, que no importen los agujeros que hagas en la pared, que las cortinas no hagan juego con el sofá, y que puedas hacer tanto una fiesta con los amigos, como un chocolate a la taza para ver una película.

No se si la próxima casa estará en Madrid, o estará en el extranjero, o al final compraré unos globos y me iré con Carl a vivir por los cielos. Si los mejores planes son los improvisados, lo mejor será acabar donde nos lleve el viento.



martes, 24 de enero de 2012

Domingos Vs Lunes

Pues que quiere que le diga, señor Cliff, su lunes más triste del año es mentira se ponga como se ponga. Le expongo las siguientes razones:

- En un lunes tienes la obligación de sociabilizar, ya sea porque vas a clase, al trabajo o a la cola del INEM.
- La ciudad está llena de actividad, gente arriba y abajo, coches por todos lados, agentes de la ORA repartiendo felicidad...
- Cuando exageras una cosa luego tiende a decepcionar. Te esperas el día más triste del año y al final es solo un Lunæ malutis (del latín, un lunes de mierda).
- Y además, "mal de muchos, patada en los cojones consuelo de tontos". Y aunque sea triste reconocerlo, el saber que tooodo el mundo está deprimido hace que te sientas comprendido y eso ayuda a cualquiera a sentirse mejor. Bueno, a cualquiera que no sea Alex Ubago.

Por contra, un domingo cualquiera (aunque preferentemente de la temporada otoño-invierno) puede convertirse en uno de los días más tristes del año. Simplemente hace falta que te encuentres en casa, te apetezca hacer algo, pero no sepas ni qué hacer ni a quién llamar. Hay otras personas que prefieren complicarse aún más los domingos y pinchen dos ruedas del coche, pero eso ya son otras batallas...

Si dicen que los lunes son duros porque empieza todo, los domingos son aún mas duros porque termina. Y empiezas a darle vueltas pensando si la próxima semana será igual. Y la de después, y la siguiente, y la sucesiva...

Ayer estuve viendo un peliculón, "Alguien voló sobre el nido del cuco". Aparte de los méritos que tiene, y que le valieron 5 oscars, una de las reflexiones que sacas es lo poquito que hace falta para romper con la rutina, con todo lo establecido. Da igual que seas el que cambia o al que le hacen cambiar, lo importante es que al final de la semana hayas hecho algo diferente.

lunes, 16 de enero de 2012

El día más triste del año

Decía Cliff Arnal, un investigador de la maravillosísima y conocidísima Universidad de Cardiff, que el tercer lunes de enero es el día más triste del año, ya que se junta la resaca de la felicidad navideña, con haber fallado en los propósitos de año nuevo, con el bolsillo vacío, el mal tiempo, y por si fuera poco, con Justin Bieber como TT en Twitter. Y cual Picasso iluminado en su etapa azul, decidió llamarlo el Blue Monday.


Pese a que la política de este blog es bien clara respecto al día de la semana fijado como el más deprimente, se ha revelado como una gran excusa para retomar esto de las entradas en el blog, que llevaba tiempo considerándolo tras la insistencia del anónimo usuario PK2 y ese pueblo de la amazonía guayanesa que sigue fielmente las actualizaciones pese a no tener conexion a internet.


Es curioso que a todos nos entre a veces ese sentimiento de depresión, influidos por el mal tiempo, por los desamores, o porque Remedios Cervantes nos cambie a última hora la sal por el azucar (pobre Reme, la tengo martirizada con los tweets).
Lo peor de todo, es que aunque sea una mala sensación, todos tenemos la necesidad de sentir a veces cierta angustia y, al igual que el detective Flanagan, tener un cd llamado "música para masoquistas" donde coleccionar las canciones que nos recuerden a las personas que ya no están con nosotros...