miércoles, 25 de abril de 2012

Rumbo a Santiago

Ya decía Antonio Machado aquello de "Caminante son tus huellas, el camino y nada más, caminante no hay camino, se hace camino al andar".

A si que, para no llevar la contraria a Toni (para los amigos), mañana me pongo a hacer el camino. El de Santiago, concretamente, que llevaba diciendo que lo haría desde que aprobé selectividad contra todo pronóstico.

No se que me encontraré a partir de mañana, si será verdad eso de que te hace reflexionar, te cambia la vida o te endurece los glúteos. Algo de verdad debe haber cuando tanta gente dice que es una experiencia inolvidable. Eso si, espero que no sea inolvidable gracias a las ampollas, el frío y la lluvia, que acabo de ver las previsiones y parece que he acertado con la peor semana de abril.

Pero era necesario hacerlo en este momento. Cuando aprobé selectividad, el motivo era el cambio el colegio por la universidad. Ahora cambio la vida de estudiante por la de trabajador, y es buen momento para dedicar un tiempo a reflexionar y pensar sobre si es buena idea eso de meterse a trabajar con lo bien que se vive como estudiante (que nadie se extrañe si me matriculo en un par de carreras a la vuelta).

En fin, que mañana comienzo el camino, estaré desconectado de la vida 2.0 durante unos cuantos días aunque encenderé el móvil por la tarde-noche, con mis pintas de perrofláutico-barbudo a la luz de la hoguera, escuchando a algún templario contando historias de los peregrinos.

Caminante no hay camino, sino estelas en la mar (y si sigo caminando, un campo de estrellas al final).

jueves, 16 de febrero de 2012

1 día antes de la mudanza: Top 5 locuras segovianas

Vale, ya se que me he retrasado un poco con el último día de la saga "días antes de la mudanza" y hace ya dos semanas que me fui de Segovia (aunque con la de visitas que hago a alguno le parezca que sigo viviendo allí), pero es que en estas dos semanas no he parado de hacer cosas! Que si regar las plantas, que si saca punta a los lápices, que si lávate los dientes.. vamos, que no he hecho absolutamente nada.

Además, a esto se le une la poca lluvia que cae ultimamente y no es plan de poner una entrada de domingos lluviosos un jueves soleado, por lo que ha tenido que escribirme @rubensgaral, el afamado presentador del Smile Festival, para indicarme que en Brighton estaba lloviendo, y como este blog tiene en esa ciudad una importante cuota de mercado (unas 2 visitas mensuales -margen de error ±2) me he sentado delante de la silla para terminar con la útlima entrada que no tendrá el melancólico tono habitual, tras las críticas recibidas en las que me indicaban que si quería hacer honor a cómo ha sido mi paso por Segovia, tendría que ser honesto y hacer una clasificación con el...

¡Top 5 locuras segovianas!


#5 Doblando voces.
Durante el último año aproveché para apuntarme a un curso de doblaje. Parece sencillo pero tiene su intríngulis... En esas clases, aparte de conocer a gente con la que me he acabado llevando realmente bien, descubrí el asombroso parecido que tiene mi voz a la de Jordi Cruz, el de Art-attack. Y como dicha persona (o personaje) había sido el encargado de doblar a Flick en Bichos, lo aproveché como pequeña venganza en la asignatura de Planificación, donde más de un alumno acabó con estrés traumático debido a las imposibles prácticas a las que teníamos que hacer frente. Tras toda una noche poniendo voces (que los vecinos mandaron como psicofonías a Cuarto Milenio), el resultado fue este vídeo que formó parte de la última práctica y que, contra todo pronóstico, no fue motivo de suspenso inmediato y cita para septiembre.


#4 Reportero dicharachero.
La culpa de que el verano pasado me quedara sin vacaciones fue de RTVCYL (o como decían las señoras: "TeleSegovia de toda la vida"). Inexplicablemente, después de haber visto algunos programas de Emisión Mahonita, los directores decidieron llamarme para reforzar la plantilla durante los meses de verano, por lo que cambié mis vacaciones en DisneyLand en Conil, para recorrerme la Segovia profunda, yendo de pueblo en pueblo, entrevistado desde alcaldes, reinas de las fiestas, sacerdotes, peñistas hasta... fans de Raphael. Realmente lo de estas señoras daría para un reportaje de Cárdenas, pero rompiendo una lanza a su favor, he de decir que no fue lo peor que me encontré durante ese verano de 2011.



#3 Supermán por un día.
Como ya he dicho muchas veces, una de las cosas buenas que tiene estudiar en Mahonías es que la gente siempre está predispuesta a ayudarte. Y viceversa. Si algún día necesitan de tu ayuda, ahí tienes que estar tú para pasar los apuntes, echar una mano con el Premiere o disfrazarte de Supermán y recorrer las calles más transitadas de Segovia. ¿Cómo me engañaron para eso? Ni idea. ¿Vergüenza? Toda la que quieras. ¿Te miraba raro la gente? Hasta los árboles miraban raro. Pero oye, que en cuanto me metí en el personaje, hice tan bien el papel que hasta una niña pequeña se acercó a preguntarme que a qué velocidad volaba para llegar tan rápido a los sitios. Qué infancia...


#2 A un paso de ser un crack mediático.
Cuando estaba en 2º de carrera llegué a lo más alto de mi vida deportiva fichando por el BM Ávila. Por aquel entonces jugaba en segunda y a los partidos iban periodistas que, al acabar el partido, seleccionaban a dos jugadores para hacer una rueda de prensa. Como yo no era de los mejores, tardé bastante en hacer un buen partido y ser uno de los seleccionados. Pero cual fue mi sorpresa cuando al día siguiente, en el telediario, al aparecer el estracto de la rueda de prensa me habían cambiado el nombre por el de Carlos García. Fue tal mi indignación que hice lo que hubiera hecho cualquier otro en mi lugar: fabriqué mi propia rueda de prensa en casa. En principio lo hice únicamente para que lo vieran los del equipo, pero al final se me fue de las manos y acabaron viéndolo hasta mis familiares más lejanos. Realmente da un poco de pena, pero como ya ha transcurrido tanto tiempo siempre puedes echar la culpa a tu "yo" del pasado.


#1 Ave César.
Si alguna vez os dicen que antes de hacer nada, penséis en las consecuencias, haced caso.
A principios de 5º, con el nacimiento de Emisión Mahonita, tuve que visitar varias veces al decano y, en una de estas reuniones, me comentó su pesar por vernos obligados a realizar este proyecto en un campus tan pobre como el de Mahonías. Decía que, lo peor de todo, es que el nuevo campus iba a retrasarse si no se conseguía meter presión a la Junta con una manifestación o algo así.

- ¡Será posible!¡Usted tranquilo señor Decano que antes de que aprueben los presupuestos organizamos una para que nos oigan bien!

Y así se te pones a montar una manifestación como quien te dice que mañana quedamos a las 11 para tomar un café.
Al poco, ya me encontraba en la Subdelegación del Gobierno haciendo el papeleo para organizarla y, según iban pasando los días, comenzaron a sumarse asociaciones de vecinos, profesores, el Vicerrector e incluso el Alcalde de Segovia con su equipo de gobierno. Por si esto fuera poco, decidimos invitar a que la gente se disfrazara, tirando de ironía, para dar más colorido a la manifestación: unos vestidos de payasos montando un circo, otras de plañideras llorando por el campus muerto, y un servidor que se disfrazó de romano y se armó de una pancarta donde podía leerse "El campus fue una promesa electoral de Julio César".
Lamentablemente, la sugerencia de los disfraces no tuvo mucho eco y al llegar al día de autos (al cual, para variar, llegué tarde) los pocos que estábamos disfrazados creamos bastante expectación. Y cuando a nuestro pobre romano aún no se le habían ido la cara de circustancias, el señor Decano decidió llevarlo ante los periodistas para que diera voz al sentimiento de los estudiantes. Desde entonces, el Imperio Romano está un poco más triste...

martes, 14 de febrero de 2012

2º día antes de la mudanza: Proyectos circustanciales

Pido disculpas previas, pero esta noche me ha dado por la filosofía. Y es que decía uno de los españoles más sabios (o dos españoles, para los que se confundían con el apellido), aquello de "Yo soy yo y mi circustancia". Intentaré abreviar con estos temas ya que si algo hemos aprendido de Telecinco es que la filosofía no sale rentable en este mundo.

Según Ortega y Gasset, el objetivo de la vida era encontrar el Ser Definitivo, y para ello había que deshacerse de "lo dado". Después, vendríamos a hablar de la conciencia, el sentido de la vida y demás temas que vendrían en el tercer capitulo del libro "Iniciación a la somnolencia", pero quiero centrarme en lo primero que es lo que me llamó la atención esta noche mirando la Wikipedia (¿existe algún plan mejor que leer sobre filosofía un miercoles por la noche? lo dudo).

Una de las quejas más típicas de los alumnos son lo excesivamente teóricas que son las clases, dejando la práctica en un lugar secundario. En Publicidad no hay más que ver lo rápido que desaparecen las plazas en asignaturas como Realización o Producción, mientras que otras tan magníficas como Estadística Descriptiva Aplicada, quedaban sin completar.

Y supongo que algo de esto debió pensar alguna de las promociones que nos precedió hace ya más de una decada con la creación de La Noche de la Publicidad, hoy digievolucionada a Publicatessen. Y puedo asegurar que esto fue lo que pensó un grupo de mi promoción con la creación de Emisión Mahonita.

Si traducimos "lo dado" por la enseñanza teórica recibida, y el "Ser Definitivo" por el superprofesional del futuro en que algún día nos convertiremos (y que ojalá esté bien pagado), en el medio están todas las circustancias de las que nos rodeamos y que nos llevan de una orilla hacia otra. Aunque a veces, más que una orilla, pensemos que vamos hacia una Isla Negra.

Los proyectos en los que colaboras y trabajas son todas estas circustancias que, sin darte cuenta, van cambiando tu forma de ser. Tú piensas que son cosas esporádicas y temporales, desde un pequeño trabajo que te sale hasta realizar un programa audiovisual u organizar un festival, desde el elaborar un pequeño trucho, un vídeo con los amigos o una sesión de fotos, hasta organizar un viaje con los amigos a Cuba.

Parece que el tiempo pasa rapidamente y tú vas de flor en flor, recorriendo mundo, cambiando de ciudad, de trabajo, de responsabilidades... Hasta que de pronto, un día estás junto a tus nietos, reunidos un domingo de invierno en la casa del pueblo junto a la chimenea contándoles todo lo que hiciste cuando eras joven.  Y entonces te das cuenta de que, en realidad, no has sido ese superprofesional del futuro que querías ser, sino que, al final, tú has sido tú y tus circustancias.

lunes, 13 de febrero de 2012

3er día antes de la mudanza. Pisos, caseros, y otros desastres segovianos

Si hay algo que afecta por igual a todos los universitarios de Segovia, a parte del cierre de Megaupload, es el asunto inmobiliario. Se dice que hay erasmus que piensan que España ha salido de la crisis inmobiliaria al ver el precio de los pisos en Segovia. Y también se dice que hay erasmus que les ha dado un ataque al corazón cuando han ido a ver los pisos de Segovia. Menos mal que la cerveza está barata para pasar el mal trago...

Dice la leyenda que hace varios años cayó el gordo de Navidad aquí, y desde entonces los precios subieron unos cuantos enteros. Los hay más históricos y cuentan que todo es culpa de los romanos que especularon con el suelo desde que se construyó el acueducto. Pero lo cierto es que encontrar un piso que esté bien situado y a un precio razonable, es una sensación parecida a la de aprobar derecho a la primera.

En realidad, lo peor no son los pisos en sí, ni las paredes que tienen, que parecen papel de fumar, ni ese frigorífico que dejó de funcionar correctamente hace unos años, o la calefacción central que se enciende a gusto de las abuelas de bata y rulos. Lo peor de estos pisos son, sin duda, esa raza creada paralelamente a esta oferta. Ellos son... los caseros autóctonos de Segovia.

Son miles las leyendas urbanas que circulan alrededor de este gremio. Se dice que un casero se quedó con la fianza de Chuck Norris, y que otro tardó en reparar la lavadora 4 meses al Hombre de Negro, que uno alquiló un piso con goteras diciendo que era un homenaje a las caras de Bélmez y que otro puso un dormitorio en el salón, el salón en la cocina, la cocina en el baño y el baño en la terraza para poder cobrar un alquiler más.

Por eso hay que prestar especial atención a este tipo de personas. Las identificarás porque suelen ir bien vestidos, hablan de lo mal que estamos con la crisis, cualquier problema que tenga una casa lo minimizarán y cualquier problema que les dé un inquilino parecerá el fin del mundo. Se cuenta que las noches de luna llena, cuando miran su cuenta corriente, si guardas silencio y prestas atención puedes oír su risa maligna... MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!


Que la fuerza os acompañe.

domingo, 12 de febrero de 2012

4º día antes de la mudanza: historias del Muces

Si hay algo que lamento de mi estancia en Segovia, es haber desaprovechado los cuatro primeros años de carrera. Y teniendo en cuenta que la carrera es de cinco, no hace falta estudiar matemáticas para darse cuenta de la tamaña proporción de tiempo desaprovechada. Cuatro años en los que no hice prácticamente nada. Y ese "prácticamente" desaparecería de no haber sido por el MUCES.

La Muestra de Cine Europeo de Segovia, sin acrónimo, es dificil de conocer si vives fuera de la ciudad y no padeces de adicción a los galardones. Pero, pese a ser un festival tan modesto que ni siquiera tiene entrada en la Wikipedia, contiene ese encanto de las cosas pequeñas y familiares. Y además, es barato.

Pero no es esa la razón del mérito de la Muestra, como pequeña salvadora de mi atormentada conciencia retrospectiva (me he quedado agusto con la frasecita), sino que lo fue una actividad paralela que se organiza en torno al festival: el llamado "corto del MUCES". O, escrito en jerga política, el "Taller de técnicas cinematográficas I".

No recuerdo qué persona me recomendó que me apuntara. Era la primera vez que se realizaba y en el papel tenía buena pinta, pero Fotografía Publicitaria también tiene buena pinta, y en realidad es una asignatura bastante coñazo bastante teórica.

El taller en sí, consistía en realizar un cortometraje, elaborando desde el guión hasta la grabación del mismo (la edición, en una sabia decisión, la dejaron en manos de un profesional). El primer día fue de presentación: unas 20 personas de las cuales solo quedabamos 8 el tercer día, el gran director Emilio, y el cámara, Julio Recio, que en ocasiones veo en los créditos de los documentales de La 2.

Durante 10 días nos olvidamos de las clases, trabajos, amigos y hasta de dar de comer a las palomas los domingos por la mañana, para centrarnos en la grabación de nuestra ópera prima "La camisa azul" (incluir un ooohhhhhh de admiración en post-producción).

Siendo sinceros, el resultado final no fue espectacular. Es más, me atrevería a decir que incluso estaría por debajo de la media del cine español en cuanto a calidad se refiere. Pero para mí supuso el primer proyecto que de verdad me ilusionó. La primera vez que no me importaba levantarme a las 7 de la mañana. Que realmente sentía que aprendía algo que me gustaba. Que tuve la sensación de estar en el lugar y el momento adecuado.

Y, sobre todo, tuve la suerte de compartirlo con unas personas que jamás olvidaré: Rubi, Silvia, Rebeca, David, Lourdes, Esther y Lucky.

sábado, 11 de febrero de 2012

5º día antes de la mudanza: Estudiar en CCC

Si hay algo que hace especial la carrera de publicidad en Segovia, aparte de los variopintos profesores, la diversidad de estudiantes y los proyectos que se crean alrededor de estos, es que se estudia (como decía un gran profesor) en CCC: en Cierto Centro Comercial.

Mahonías, concretamente.

Recuerdo que cuando llegué a Segovia, los "mayores" nos hablaban de un refugio nuclear (por aquello de ser unos sótanos sin luz), donde se daban clases entre peluquerías, inmobiliarias y bares latinos, pero se decía que pronto se inauguraría el nuevo campus y nosotros no conoceríamos el búnker.

Tres años después estaba bajando por las escaleras de entrada, totalmente desorientado, entrando en aulas, laboratorios y baños... Al final me rendí y tuve que preguntar en un bar llamado Campus (¿ironía?) por dónde estaba la secretaría.

- ¿Eres nuevo?
- Si..
- No te preocupes que al principio estáis todos igual. ¿Cómo te llamas?
- Jaime
- Yo soy Raúl, tómate una cañita y te cuento, que a la primera invito yo.

Y así fue como comenzó mi síndrome de Estocolmo con Mahonías.


Si la pobreza une a la gente, en este búnker acabas haciendo familia. La falta de medios es tan grande como lo son las ganas de ayudar de la gente. Siempre encontrabas a alguien que te echaba una mano con los apuntes, a utilizar Premiere y Photoshop, invitarte a una caña, pasarte las preguntas del examen de por la mañana... La mayoría de esas cosas pasaban en el Campus (entiendase, el bar) donde nada mas abrir la puerta, Raúl te daba la bienvenida llamándote por tu nombre, y donde te encontrabas con los compañeros de 4º, de 5º y los profesores, que lejos de marcar distancia, no tenían problemas en tomar un café contigo y contarte anécdotas (nada de tutorías). Allí fue donde nació Emisión Mahonita.

Lamentablemente al año siguiente cerró el bar que tanta luz daba a Mahonías, y en 5º nos vimos obligados a emigrar a los bares de la zona, siendo El Refugio (nombre muy apropiado también) donde nos reuníamos la mayoría de los exiliados, convirtiéndose en nuestra segunda casa.

Este fue también el curso en que, tanto alumnos de por la mañana como de por la tarde, tuvimos que unirnos para sacar adelante Publicatessen. Dicen que es un festival de publicidad, pero en realidad es, como decía Laura sobre el escenario del Juan Bravo, la mejor excusa para pasar de tener compañeros, a tener amigos.

Esa es solo una de las cosas que te enseñan esos fríos muros y resbaladizos suelos que conforman Mahonías. El "espíritu mahonita" que compartes con tanta  gente que aprovechó sus dos años allí. Un sentimiento que se llevan los alumnos, hoy publicistas, tan repartidos por el mundo. Un recuerdo que hace que, en ocasiones, te salga ese nudo en la garganta pensando lo felices que eramos con tan poquita cosa.

Y pensar que yo quería hacer periodismo...

viernes, 10 de febrero de 2012

Días antes de la mudanza: despidiendo Segovia.

Hace un momento que acabo de colgar el teléfono al casero (con el que sorprendentemente me llevo bien) para decirle que el próximo viernes haré las maletas y dejaré el sexto y último piso segoviano en el que he vivido. El motivo principal es que las audiencias de Gran Hermano han decidido que tengo que abandonar la casa porque no salgo rentable a la cadena si no doy gritos ni creo conflictos con mis compañeros a los que, como diría un buen amigo, les sobra mucha juventud.

A si que hoy oficialmente empieza mi cuenta atrás en Segovia. Podría ser el título de una película: "La última semana en Segovia", que por supuesto, sería la típica españolada con Gabino Diego agarrándose una peonza en el Hook y despertándose con Antonio Resines, que diría que todo ha sido un sueño y que Fran Perea jamás a cantado uno mas uno son siete.

Pero lo que me viene a la cabeza son todos los momentos vividos en esta ciudad en la que tanto he aprendido y en la que, según me dicen en Valladolid, tanto me ha cambiado.

Si mi constancia me lo permite, espero durante estos días que me quedan, dedicar una entrada a una serie de recuerdos que llevaré siempre conmigo:


- Publicatessen
- Emisión Mahonita
- Muces
- Estudiar en CCC (Cierto Centro Comercial)
- Pisos, caseros, y demás especies autóctonas.
- TOP 5 locuras segovianas.



Bueno, si la constancia y las neuronas lo permiten, que ahora estoy intentando echar memoria y estoy descubriendo importantes lagunas debidas en cierta parte, a esas noches segovianas que mantienen una lucha encarnizada con las neuronas que tanto han entrenado para sacarse una carrera tan ardua, complicada y dura como es la licenciatura en Publicidad. Reíros, pero a mí todavía me cuesta recortar sin salirme de la línea de puntos.

lunes, 30 de enero de 2012

La casa de UP


Si has visto la película ya sabes a que casa me refiero. Esa casa en la que tan felices fueron Carl y Ellie, donde pintaban sus manos en el buzón, limpiaban las ventanas a la vez, soñaban con viajar al útlimo rincón del mundo y que, cuando Carl se quedó solo, llenó de globos y se mudó de ciudad pero no de casa.

Yo quiero una casa de esas, que ya estoy cansado de tanta mudanza. La semana pasada dejé de trabajar, por lo que se avecina una nueva mudanza (la séptima creo), y antes de que La 2 me llame para hacer un nuevo capítulo de "Nómadas de la península", preferiría tener una casita que se convierta en un hogar donde decores todo a gusto de IKEA a tu gusto, que no importen los agujeros que hagas en la pared, que las cortinas no hagan juego con el sofá, y que puedas hacer tanto una fiesta con los amigos, como un chocolate a la taza para ver una película.

No se si la próxima casa estará en Madrid, o estará en el extranjero, o al final compraré unos globos y me iré con Carl a vivir por los cielos. Si los mejores planes son los improvisados, lo mejor será acabar donde nos lleve el viento.



martes, 24 de enero de 2012

Domingos Vs Lunes

Pues que quiere que le diga, señor Cliff, su lunes más triste del año es mentira se ponga como se ponga. Le expongo las siguientes razones:

- En un lunes tienes la obligación de sociabilizar, ya sea porque vas a clase, al trabajo o a la cola del INEM.
- La ciudad está llena de actividad, gente arriba y abajo, coches por todos lados, agentes de la ORA repartiendo felicidad...
- Cuando exageras una cosa luego tiende a decepcionar. Te esperas el día más triste del año y al final es solo un Lunæ malutis (del latín, un lunes de mierda).
- Y además, "mal de muchos, patada en los cojones consuelo de tontos". Y aunque sea triste reconocerlo, el saber que tooodo el mundo está deprimido hace que te sientas comprendido y eso ayuda a cualquiera a sentirse mejor. Bueno, a cualquiera que no sea Alex Ubago.

Por contra, un domingo cualquiera (aunque preferentemente de la temporada otoño-invierno) puede convertirse en uno de los días más tristes del año. Simplemente hace falta que te encuentres en casa, te apetezca hacer algo, pero no sepas ni qué hacer ni a quién llamar. Hay otras personas que prefieren complicarse aún más los domingos y pinchen dos ruedas del coche, pero eso ya son otras batallas...

Si dicen que los lunes son duros porque empieza todo, los domingos son aún mas duros porque termina. Y empiezas a darle vueltas pensando si la próxima semana será igual. Y la de después, y la siguiente, y la sucesiva...

Ayer estuve viendo un peliculón, "Alguien voló sobre el nido del cuco". Aparte de los méritos que tiene, y que le valieron 5 oscars, una de las reflexiones que sacas es lo poquito que hace falta para romper con la rutina, con todo lo establecido. Da igual que seas el que cambia o al que le hacen cambiar, lo importante es que al final de la semana hayas hecho algo diferente.

lunes, 16 de enero de 2012

El día más triste del año

Decía Cliff Arnal, un investigador de la maravillosísima y conocidísima Universidad de Cardiff, que el tercer lunes de enero es el día más triste del año, ya que se junta la resaca de la felicidad navideña, con haber fallado en los propósitos de año nuevo, con el bolsillo vacío, el mal tiempo, y por si fuera poco, con Justin Bieber como TT en Twitter. Y cual Picasso iluminado en su etapa azul, decidió llamarlo el Blue Monday.


Pese a que la política de este blog es bien clara respecto al día de la semana fijado como el más deprimente, se ha revelado como una gran excusa para retomar esto de las entradas en el blog, que llevaba tiempo considerándolo tras la insistencia del anónimo usuario PK2 y ese pueblo de la amazonía guayanesa que sigue fielmente las actualizaciones pese a no tener conexion a internet.


Es curioso que a todos nos entre a veces ese sentimiento de depresión, influidos por el mal tiempo, por los desamores, o porque Remedios Cervantes nos cambie a última hora la sal por el azucar (pobre Reme, la tengo martirizada con los tweets).
Lo peor de todo, es que aunque sea una mala sensación, todos tenemos la necesidad de sentir a veces cierta angustia y, al igual que el detective Flanagan, tener un cd llamado "música para masoquistas" donde coleccionar las canciones que nos recuerden a las personas que ya no están con nosotros...