domingo, 12 de febrero de 2012

4º día antes de la mudanza: historias del Muces

Si hay algo que lamento de mi estancia en Segovia, es haber desaprovechado los cuatro primeros años de carrera. Y teniendo en cuenta que la carrera es de cinco, no hace falta estudiar matemáticas para darse cuenta de la tamaña proporción de tiempo desaprovechada. Cuatro años en los que no hice prácticamente nada. Y ese "prácticamente" desaparecería de no haber sido por el MUCES.

La Muestra de Cine Europeo de Segovia, sin acrónimo, es dificil de conocer si vives fuera de la ciudad y no padeces de adicción a los galardones. Pero, pese a ser un festival tan modesto que ni siquiera tiene entrada en la Wikipedia, contiene ese encanto de las cosas pequeñas y familiares. Y además, es barato.

Pero no es esa la razón del mérito de la Muestra, como pequeña salvadora de mi atormentada conciencia retrospectiva (me he quedado agusto con la frasecita), sino que lo fue una actividad paralela que se organiza en torno al festival: el llamado "corto del MUCES". O, escrito en jerga política, el "Taller de técnicas cinematográficas I".

No recuerdo qué persona me recomendó que me apuntara. Era la primera vez que se realizaba y en el papel tenía buena pinta, pero Fotografía Publicitaria también tiene buena pinta, y en realidad es una asignatura bastante coñazo bastante teórica.

El taller en sí, consistía en realizar un cortometraje, elaborando desde el guión hasta la grabación del mismo (la edición, en una sabia decisión, la dejaron en manos de un profesional). El primer día fue de presentación: unas 20 personas de las cuales solo quedabamos 8 el tercer día, el gran director Emilio, y el cámara, Julio Recio, que en ocasiones veo en los créditos de los documentales de La 2.

Durante 10 días nos olvidamos de las clases, trabajos, amigos y hasta de dar de comer a las palomas los domingos por la mañana, para centrarnos en la grabación de nuestra ópera prima "La camisa azul" (incluir un ooohhhhhh de admiración en post-producción).

Siendo sinceros, el resultado final no fue espectacular. Es más, me atrevería a decir que incluso estaría por debajo de la media del cine español en cuanto a calidad se refiere. Pero para mí supuso el primer proyecto que de verdad me ilusionó. La primera vez que no me importaba levantarme a las 7 de la mañana. Que realmente sentía que aprendía algo que me gustaba. Que tuve la sensación de estar en el lugar y el momento adecuado.

Y, sobre todo, tuve la suerte de compartirlo con unas personas que jamás olvidaré: Rubi, Silvia, Rebeca, David, Lourdes, Esther y Lucky.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado Jaimito!!!qué morriña...la verdad es que el madrugón no importaba, ni la falta de sueño, porque fue una de las mejores experiencias de la carrera sobre todo por el equipazo o más bien la familia que creamos gracias a Muces. Lo bueno de los recuerdos es poder rescatarlos en las horas más bajas y decir: "mereció la pena" todo el esfuerzo por el proyecto y ni que decir las celebraciones post muces...eso sin duda no tiene precio.
    Un abrazo muy grande guapo!!

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